Z - Dok
lunes, octubre 2, 2023
  • Novedades
  • Proyectos
    • Investigación
    • Gestión
  • Medios
    • Relatos
    • Podcast
    • Vídeo
    • Fotografía
  • DDHH
  • Participa
    • Convocatorias
    • Patrocinios
    • Donaciones
  • Campañas
    • Campaña por la Educación
  • Contacto
No Result
View All Result
  • Novedades
  • Proyectos
    • Investigación
    • Gestión
  • Medios
    • Relatos
    • Podcast
    • Vídeo
    • Fotografía
  • DDHH
  • Participa
    • Convocatorias
    • Patrocinios
    • Donaciones
  • Campañas
    • Campaña por la Educación
  • Contacto
No Result
View All Result
Z - Dok
No Result
View All Result
Home Relatos

Azúcar!

Victoria Paz Ablanque by Victoria Paz Ablanque
abril 8, 2020
in Relatos
0 0
0
Azúcar!
0
SHARES
94
VIEWS
Share on Facebook

Pocas expresiones culturales logran identificarnos como latinoamericanos y contagiarnos de tanta alegría y sentimiento, como lo hace esa mezcla inconfundible de tambores, timbales, trompetas, bongos y maracas, que se funden en vozarrones afrocaribeños, como lo hace la salsa. Este género musical, que nació en las calles neoyorkinas y que rápidamente se dispersó por el mundo, merece un reconocimiento, no sólo por la alegría que nos ha impregnado desde que nacimos, sino por la visibilidad que ha dado a esos pueblos que se fusionaron y que lograron en tiempos difíciles lo impensable: un género musical que va más allá del arte y de la historia, un sello para todos a quienes nos corre sangre latina por las venas.

Es que sin duda, la salsa es poesía, es leyenda, es una revolución cultural. Es un aluvión de cuentos, de lucha, de brujas, de amores y desamores; es viajar del jazz al bolero moviendo el esqueleto de manera quasi-inconsciente. Descendiente del chachachá, el guaguancó, el mambo, el boogaloo, la guaracha, la pachanga, la conga y muchos otros ritmos ancestrales y coloniales; la salsa siempre será volver a casa, al carnaval de Celia, al Amor y Control de Blades y a querer amar toda la vida, como el Gran Combo.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

La Fuente amamantadora

Pao Barreto: Música para el alma y la resistencia

El legado de la salsa y sus soneros, es invaluable, con mensajes de protesta como Anacaona de Cheo Feliciano, la Rebelión de Joe Arroyo, y anécdotas dignas de realismo mágico musical como Pedro Navaja, el Gran Varón, Gitana o María Teresa y Danilo. La salsa desde su auge de los años 60 y 70, con The Latin Brothers, la Sonora Ponceña, El Gran Combo de Puerto Rico, Buena Vista Social Club y la Fania All-Stars, entre otras grandes orquestas, ha superado barreras tan grandes como el idioma, temas raciales y tensiones geopolíticas, como la crisis de los misiles de Cuba y por supuesto la Guerra fría.

La Salsa llegó y se quedó, sigue viva y vibrante, en los Estados Unidos, en América Latina y el Caribe, pero también en el mundo entero. La hemos bailado en todos sus estilos y estados anímicos; suavecito y “arrebatao”, en español, pero también en inglés, en tributos a Los Beatles, Cold Play y U2, por que hasta el Rock se enamoró de la salsa. Pero, aún no contenta con eso, la salsa se ha hecho cantar y bailar en otros idiomas, como en italiano con “Volare” o Nel Blu Dipinto Di Blu de Doménico Modugno en la voz del Boricua Jimmy Sabater; en francés, que en la voz del Colombiano Yuri Buenaventura, puso a todo Paris a bailar el “Ne me quittes pas” de Jacques Brel, y como si fuera poco atravesó el mundo y nos invitó a todos a bailar la salsa caliente del Japón, con la Orquesta de la Luz.

Imperdonable no mencionar a quienes a nuestros días siguen promoviendo la cultura salsera, a Delirio Salsa-Circo-Orquesta, al Festival Mundial de la Salsa de Cali, al Salsódromo de la feria, sus grandes Niche, Guayacán, Matecaña, Galé, la Octava dimensión y sus casi 100 orquestas, también a Medellín con la Sonora Carrusel y a Bogotá con la 33, a los solistas salseros más recientes que nos siguen enamorando, como Marc Anthony, Rey Ruiz, Víctor Manuel, Jerry Rivera y a los bailarines que ponen sus sueños, su alma y su constancia.

Creo que me podría quedar aquí escribiendo mucho más, resuenan en mi cabeza, muchas piezas y artistas, quedo en deuda con muchísimos, algunos nos siguen deleitando con su ritmo, otros tienen al cielo de fiesta, gracias infinitas por tanta cultura y tanto sabor; también a mi familia, a mis amigos de siempre con quienes he bailado hasta el amanecer, al mejor parejo, el de mi vida; en estas tierras alpinas la gente muere por tener nuestro son y mientras escribo estas líneas, mis pies no logran quedarse quietos, así que mejor “vamo a bailar, como hermanos che che cole muertos de la risa”.

Tags: Historia de la SalsaOrquestas de CaliSalsa LatinaSalsa New York
Share
Victoria Paz Ablanque

Victoria Paz Ablanque

Master en Globalización: Apuestas sociales y Medioambientales. Asesora Independiente, docente, columnista.

Related Posts

Vista, de El Hato a Las Moyas. Foto: IP, El de la Ruana

La Fuente amamantadora

by Ismael Paredes
febrero 18, 2021
0

En torno al río Teusacá y el páramo Las Moyas se narra la memoria y potencial de la fuente, el...

Pao Barreto: Música para el alma y la resistencia

Pao Barreto: Música para el alma y la resistencia

by Lara Felder
febrero 11, 2021
1

Nacida en Bogotá un 25 de diciembre, día de festejo y celebración. Hija del caribe colombiano (abuelos maternos) y de...

El río enseña, una escuela desde el Atrato

El río enseña, una escuela desde el Atrato

by Z Dok
octubre 15, 2020
0

Cada día crecen las luchas alrededor del mundo para proteger las fuentes hídricas, las especies nativas y muchos ecosistemas importantes...

¿CESÓ LA HORRIBLE NOCHE?

¿CESÓ LA HORRIBLE NOCHE?

by Victoria Paz Ablanque
febrero 18, 2021
0

Cinco de la mañana del martes 27 de septiembre de 2016 en Suiza, diez de la noche...

PORQUE EL SUEÑO COLOMBIANO TAMBIEN EXISTE

PORQUE EL SUEÑO COLOMBIANO TAMBIEN EXISTE

by Victoria Paz Ablanque
agosto 28, 2020
0

Sin duda, la mayoría queremos ver brillar nuestra patria, los que vivimos en Colombia, los que estamos lejos, los que...

Next Post
Proceso de paz desde la base La Casa del Chontaduro

Proceso de paz desde la base La Casa del Chontaduro

Naya, ni perdón ni olvido. La historia de un país que olvidó a sus víctimas

Naya, ni perdón ni olvido. La historia de un país que olvidó a sus víctimas

Please login to join discussion

CATEGORÍAS

  • Campaña por la Educación
  • DDHH
  • Fotografía
  • Investigación
  • Medios
  • Novedades
  • Opinion
  • Podcast
  • Proyectos
  • Relatos
  • Vídeo
Z – Dok

El Centro de Documentación Z-Dok, es una iniciativa para la promoción de los Derechos Humanos y la gestión de las memorias tangibles y patrimonios culturales de las comunidades indígenas, organizaciones sociales y procesos organizativos en Colombia y Latinomérica.

¿Ya recibe nuestros boletines?

Síguenos Z Dok

Facebook Youtube Twitter
  • Quiénes somos

© 2020 Dokumentationszentrum Kolumbien - Schweiz - Lateinamerika Z-DOK

No Result
View All Result
  • Novedades
  • Proyectos
    • Investigación
    • Gestión
  • Medios
    • Relatos
    • Podcast
    • Vídeo
    • Fotografía
  • DDHH
  • Participa
    • Convocatorias
    • Patrocinios
    • Donaciones
  • Campañas
    • Campaña por la Educación
  • Contacto

© 2020 Dokumentationszentrum Kolumbien - Schweiz - Lateinamerika Z-DOK

Login to your account below

Forgotten Password?

Fill the forms bellow to register

All fields are required. Log In

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In