Proceso de paz desde la base La Casa del Chontaduro
abril 8, 2020Entre la filmación doméstica y el metraje encontrado.
abril 13, 2020Este 9 de abril se celebró en Colombia una vez más el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto, una fecha que pasó de nuevo sin pena ni gloria, con total desinterés, en medio de una pandemia de las dimensiones que estamos viviendo. Hoy como plataforma Z-DOK queremos rendir un homenaje a la memoria de todos quienes han sufrido hechos de violencia, especialmente a las comunidades y pueblos étnicos.
La fecha se conmemora de manera amarga para las organizaciones de víctimas y de Derechos Humanos, ya que el nuevo gobierno de extrema derecha en Colombia, ha lanzado una campaña negacionista ante los hechos registrados durante más de 70 años de conflicto armado y violencia. Muchas organizaciones y asociaciones no tienen confianza en sus instituciones, incluso muchas de ellas han retirado sus archivos del Centro de Memoria Histórica**.
Son 8.970.712 personas reconocidas como víctimas e incluidas en el Registro Único de Víctimas RUV*, este registro empezó a hacer a partir de la promulgación de la ley de víctimas (ley 1448 de 2011), esta ley ha tratado de sistematizar la mayor cantidad de víctimas posibles, mediante la declaración de cada una de ellas o de sus familiares por hechos ocurridos desde 1985. Lo grave es que luego de casi 10 años del inicio de esta ley, las víctimas aún no han sido reparadas y es muy poca la verdad que se conoce.
Queremos recordar al departamento del Cauca y Valle, especialmente a los hechos ocurridos en el mes de abril del 2001 en la región del Naya, una masacre continuada durante varios días perpetrada por el bloque Calima de los paramilitares en complicidad con militares del batallón Pichincha.
No se sabe a ciencia cierta cuántas víctimas dejó la masacre, los desplazados que lograron sobrevivir hablan de más de 200, ya que muchas de las personas asesinadas o desaparecidas fueron lanzadas a abismos y al río.
Les dejamos el enlace del documental “Naya: ni perdón ni olvido”, realizado en el año 2005 y dirigida por Juan Manuel Figueroa. En este archivo de altísimo valor histórico se recogen los testimonios de algunas de las víctimas de la masacre, así como de los abogados y organizaciones que empezaron a investigar este triste episodio.
La crudeza de los relatos es sólo un ápice de las horribles imágenes que quedaron en la memoria de quienes sufrieron esas largas semanas de horror, y lo más cruel, la imperante impunidad y ausencia de estado ante la muerte, el establecimiento sólo reconoce 28 homicidios en esta región. Los habitantes de la cuenca del río Naya, son en su mayoría afrodescendientes, campesinos e indígenas. Sólo en el Cauca, se registran en el RUV 461.592 personas víctimas.
La revictimización y persecución a las víctimas de la masacre del Naya aún no terminan, varios líderes de los Consejos Comunitarios y de las organizaciones de derechos humanos han sido desaparecidos, desde la firma del acuerdo de paz con las FARC-EP, van cinco***. Según los datos oficiales, que son poco confiables, hay más de 3.800 desplazados de esta región, la nación fue condenada por este hecho en el 2008 y obligada a pagar, 6mil millones de pesos, cifra que nunca va a reparar el dolor de las miles de víctimas, los actos de perdón por parte del ejército y los paramilitares son insuficientes para estas comunidades que siguen siendo perseguidas y que siguen viviendo en la pobreza en municipios como Caloto, Santander de Quilichao, Buenos Aires, Jamundí y Florida.
En cuanto a los paramilitares, la Corte Suprema de Justicia condenó a penas entre 38 y 39 años a 60 miembros de las autodefensas, varios de ellos postulados a la ley de Justicia y Paz, una ley nefasta que blindó de silencio a los crímenes perpetrados por los paras, Ever Veloza, comandante del bloque Calima está en libertad en menos de 4 años gracias a los beneficios de esta ley****.